viernes, 2 de mayo de 2014

Feng Shui y los niños por Montserrat Sanchez

Quiero contaros un caso práctico, donde la aplicación del Feng Shui dio sus frutos. Este caso me toca muy de cerca, ya que ocurrió con mi hijo pequeño.


Hace un año, al aproximarse el verano, mi hijo que entonces tenía 11 años, se pasaba los fines de semana metido en casa, ya fuera pegado al ordenador, o a la Play, etc, supongo que los que tenéis hijos de esta edad, ya sabéis de qué os hablo. Pues bien, cuando yo le decía que porqué no se bajaba a la urbanización, donde estaban chicos/as jugando, me respondía que apenas los conocía, que él prefería quedarse en casa…

No le creí. Yo estaba segura que quería hacerlo, pero su timidez le impedía dar el primer paso, así que le dije: “¿Quieres que el Feng Shui te ayude?” Me miró incrédulo, pero pudieron más sus ganas de relacionarse, así que contestó: “Vale. ¿Qué tengo que hacer?”.

Y nos pusimos manos a la obra. Comenzamos por limpiar, tirar lo que ya no servía y ordenar. Le expliqué que de nada serviría colocar “algo” que atrajera la amistad si la energía que entraba en su habitación estaba estancada. Teníamos que “moverla”.

Cuando ya dejamos su dormitorio en orden, le expliqué en qué zona de su habitación se encontraban las diferentes áreas que trabaja el Feng Shui de la Escuela de la Forma, y en la zona de Relaciones, que era la que él necesitaba potenciar, colocaríamos unas fotos.

Eligió fotos que tenía con amigos del cole, que le traían buenos recuerdos, y compramos unos marcos en color rojo (ya que es uno de los colores que potencian esta zona) y los colgamos en la pared.

También le dije que él tendría que poner de su parte, por ejemplo, imaginando cómo sería si tuviese amigos en la urbanización, qué harían, qué hablarían…en fin crear lo que deseaba.

No pasó ni un mes cuando un día, viniendo de la calle, apareció en el portal un chaval al que no veía desde casi un año antes, y que le dijo: “Hola Alex. ¿Te vienes al patio?”. Mi hijo me miró como si no diera crédito, y le dije: “si quieres, ¡adelante!”.

Tengo que decir que ese fue el principio del fin de fines de semana o vacaciones metido en casa pegado a un videojuego. Ahora, me llama pidiendo por favor: “15 minutos más”.

Lo mejor de todo es que ya sabe que el Feng Shui funciona. Y cuando hace poco remodelamos su habitación, lo primero que me preguntó fue: “Mamá ¿Dónde estaba la zona de la Riqueza? Es que quiero colocar mi dinero ahí”. Tiene muy claro que tiene una responsabilidad frente a la familia, ya que su habitación se encuentra en la zona de la FAMA, y que su estado repercutirá en todos, con lo cual, cuida de ella mucho mejor que otros adolescentes.


Consultora de feng shui de la APFSHH en Madrid


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